Vol. 7 Núm. 2. Abril 2023. La salud, ¿un valor social?

PortadaSanum022

LA SALUD, ¿UN VALOR SOCIAL?

HEALTH, A SOCIAL VALUE?

Vol. 7 Núm. 2. Febrero 2023 - Abril 2023.

ISSN: 2530-5468

Sanum. vol. 7, número 2 (2023) páginas 4-5

 

AUTOR:
Salvador Silva Pérez. Supervisor Enfermería Cirugía Oral y Maxilofacial y Otorrino. Hospital de Traumatología Virgen del Rocío (Sevilla). España.

Tipo de artículo: editorial.

Sección: Editorial.

 

A la palabra valor se le ha dado distintas connotaciones a lo largo del tiempo. Etimológicamente proviene del verbo “valere” cuyo significado era “estar sano, ser fuerte”. Sin embargo, con el tiempo su significado tomó tintes más relacionados con la economía, aunque siempre manteniendo una mística algo abstracta e intangible que rodea la conducta y el comportamiento de los seres humanos.

Es por ello, que podemos considerar hoy en día que el valor o los valores son un conjunto de normas o comportamientos que el ser humano adquiere de forma individual pero que deben ser reconocidos por el conjunto de la sociedad. Los valores favorecen el desarrollo del individuo, forjan su personalidad, carácter, educación y moral.

Desde el inicio de los tiempos se otorgó a la salud un valor social positivo e importante. Antes de la ciencia, los hechiceros eran considerados figuras destacadas en sus tribus o poblados por ser los garantes de la salud. Con la llegada de ésta, se perdió ese carácter místico del binomio salud-enfermedad en favor de la razón y del conocimiento y empezaron a aparecer los científicos y médicos como protagonistas en el cuidado de la salud social.

Durante mucho tiempo, la aparición de los hospitales surge de ahí, la salud se relacionó íntimamente con los combates y las guerras. Era fundamental para los pueblos el rápido restablecimiento de sus hombres heridos para que pudieran regresar al frente.

El fin de esos tumultuosos tiempos y las grandes civilizaciones occidentales cambiaron estos conceptos y crearon sistemas sanitarios que, además de recuperar la salud de aquellos que la perdían, fomentaban medidas que permitieran el mantenimiento de ésta en los individuos sanos y, por tanto, la ausencia de la enfermedad. Esta manera de actuar permitía un mayor rendimiento laboral con el consiguiente aumento de producción que se traducía en beneficios empresariales y estatales.

Es en estas últimas décadas cuando se produce la impregnación del valor de la salud en las sociedades. Los gobiernos de las naciones establecen sistemas sanitarios con distintas financiaciones y, en muchos casos, de acceso gratuito a los usuarios. Estos cambios permiten la universalidad y equidad en el cuidado de la salud y en la prevención de la enfermedad.

La sociedad pasa de ver el acceso a la sanidad de unos pocos a exigirla como un derecho por el simple hecho de ser ciudadano. Y es aquí donde me quiero centrar un poco y volverles a preguntar, “la salud ¿un valor social? ….”

Siempre nos solemos acordar de la salud en aquellas circunstancias en las que nos falta. En ese momento su valor se torna incalculable y seriamos capaces de pagar por ella cualquier precio. Pero, ¿somos conscientes de su valor cuando la tenemos?, ¿qué valor le pondríamos al hecho de estar sanos? …..
Como decíamos antes, la universalización de la asistencia sanitaria ha hecho cambiar nuestra percepción. Hemos pasado de verla como un privilegio de unos cuantos y funcionar incluso como distinción de las clases sociales en función de los diferentes accesos sanitarios que se tenían, a integrarla en nuestra vida cotidiana perdiendo, en la mayor parte de los casos, el valor social que entiendo debe tener. En resumen, hemos pasado del valor al derecho.

Y esta nueva situación crea una gran paradoja. Nuestros sistemas sanitarios también necesitan gozar de buena salud o, al igual que los seres humanos, también enferman y no alcanzan su pleno rendimiento. Nuestros gestores deben ser los médicos que vigilen la salud de nuestros sistemas sanitarios y los usuarios, además de exigir a éstos dicha responsabilidad, deben ser los cuidadores principales y, en consecuencia, actuar como previsores de la enfermedad colaborando todo lo posible en mantener la ausencia de enfermedad o en el restablecimiento de la buena salud de nuestro sistema sanitario si ésta llegara a aparecer.

Bastó la simple aparición de un virus y su consecuente pandemia para que todos tuviéramos una vez más conciencia de la importancia de un sistema sanitario fuerte y saludable que respondiera en ese momento a nuestras necesidades. En esta época nuestras instituciones se sometieron a un gran estrés del cual, aún hoy, se siguen recuperando. Nunca debemos olvidar la importancia de la salud en la sociedad y su valor incalculable. Es responsabilidad de todos cuidar nuestro sistema sanitario y velar por su salud, en ella irá la nuestra.