Suplemento 2. Vol. 8. Suplemento Especial Casos Clínico. Septiembre 2024. Dos casos clínicos de infección por el virus de la viruela del simio en humano

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DOS CASOS CLÍNICOS DE INFECCIÓN POR EL VIRUS DE LA VIRUELA DEL SIMIO EN HUMANO

TWO CLINICAL CASES OF MONKEYPOX VIRUS INFECTION IN HUMANS

Suplemento 2. Vol. 8. Suplemento Especial Casos Clínico. Septiembre 2024

ISSN: 2530-5468
DOI: 10.5281/zenodo.13838383

Sanum. Suplemento 2. Vol. 8. Suplemento Especial Casos Clínico. Septiembre 2024. páginas 178 – 183

AUTORES:

Viviana Mayor Barrera– Especialista en medicina interna, Universidad El Bosque. Profesora adscrita al programa de posgrado de Medicina Familiar del Departamento de Clínicas Médicas- Pontificia Universidad Javeriana de Cali. Colombia.

Gloria Aurora Delgado Nacaza, M.D- Fundación Hospital San Pedro, Unidad de cuidado intensivo, San Juan de Pasto, Colombia.

Nataly Vanesa Pérez Martínez, MD. Universidad Cooperativa de Colombia, Medellín, Antioquia. Departamento de Clínicas Médicas- Servicio urgencias- Clínica Los Rosales de Pereira, Risaralda. Colombia.

Jesús Reyes Martínez Méd. esp. Medicina Familiar – Profesor de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, Colombia.

Jhan Sebastian Saavedra Torres, M.D- M. Sc en Cuidados paliativos- Universidad de Nebrija (Madrid- España). Residente de Medicina Familiar – Departamento de Clínicas Médicas- Pontificia Universidad Javeriana de Cali, Colombia.

 

Tipo de artículo: Caso clínico.

Sección: Inmunología clínica.

 

Fecha recepción: 22-08-2024

Fecha aceptación: 27-09-2024

 

RESUMEN

Presentamos dos casos y datos generales por revisión de tema acerca de la infección por el virus de la viruela del simio (mpox) con distintos grados de severidad. El primer caso es un hombre de 30 años, previamente sano, que presentó fiebre baja, malestar general y linfadenopatía, seguido de erupciones cutáneas características que evolucionaron a vesículas. El diagnóstico de mpox se confirmó mediante PCR, y el manejo incluyó tratamiento sintomático y cuidados locales, con recuperación completa en 2 a 3 semanas.

En contraste, la paciente femenina de 45 años, con antecedentes de diabetes y obesidad, experimentó fiebre alta, lesiones extensas y linfadenopatía generalizada. Su caso se complicó con neumonía viral y deshidratación severa, requiriendo hospitalización, tratamiento con tecovirimat, y cuidados intensivos. La confirmación del diagnóstico también se realizó mediante PCR, y la paciente requirió un prolongado período de recuperación con seguimiento intensivo para evitar complicaciones sistémicas. Ambos casos destacan la variabilidad clínica de la infección por mpox y la importancia de una gestión adecuada según la gravedad del estado clínico.

PALABRAS CLAVE

Mpox;

Infección;

Diagnóstico;

Tratamiento.

ABSTRACT

We present two cases and general data through a literature review on monkeypox virus infection (mpox) with varying degrees of severity. The first case is a 30-year-old previously healthy male who presented with low-grade fever, general malaise, and lymphadenopathy, followed by characteristic skin eruptions that progressed to vesicles. The mpox diagnosis was confirmed by PCR, and management included symptomatic treatment and local care, leading to complete recovery within 2 to 3 weeks.

In contrast, a 45-year-old female with a history of diabetes and obesity experienced high fever, extensive lesions, and generalized lymphadenopathy. Her case was complicated by viral pneumonia and severe dehydration, requiring hospitalization, treatment with tecovirimat, and intensive care. Diagnosis was also confirmed by PCR, and the patient required an extended recovery period with intensive monitoring to prevent systemic complications. Both cases highlight the clinical variability of mpox infection and the importance of appropriate management according to the severity of the clinical condition.

KEYWORDS

Mpox (monkeypox);

 Infection;

Diagnosis;

Treatment.

INTRODUCCIÓN

El virus de la viruela del simio (mpox) fue aislado e identificado por primera vez en 1959, cuando monos enviados desde Singapur a un centro de investigación en Dinamarca enfermaron. Sin embargo, el primer caso confirmado en humanos se registró en 1970, cuando el virus fue aislado de un niño en la República Democrática del Congo, quien había sido diagnosticado erróneamente con viruela (1,2). La vacunación con el virus de la vacuna (vaccinia) ofrecía una inmunidad cruzada contra el mpox; sin embargo, con la erradicación de la viruela y la consiguiente interrupción de las campañas de vacunación, el mpox emergió como una preocupación clínica significativa. Además, dado que la mayoría de los casos de mpox ocurren en áreas rurales de África, es probable que la subnotificación de casos en estas regiones subestime el potencial real de amenaza que representa este patógeno (2,3).

Explicación biológica del virus

El mpox pertenece a la familia Poxviridae, subfamilia Chordopoxvirinae, género Orthopoxvirus y especie virus del mpox. En la microscopía electrónica, el virus del mpox se presenta como relativamente grande, con un tamaño que varía entre 200 y 250 nanómetros. Los poxvirus tienen una forma característica de ladrillo y están rodeados por una envoltura lipoproteica que contiene un genoma de ADN de doble cadena lineal. A diferencia de otros virus, los poxvirus incluyen en su genoma todas las proteínas necesarias para la replicación, transcripción, ensamblaje y salida del virus, aunque dependen de los ribosomas del huésped para la traducción del ARN mensajero (3,4).

El mpox es una zoonosis que se transmite de animales a humanos. El reservorio animal del virus probablemente incluye ardillas, ratas, monos, primates, perritos de la pradera, erizos, cerdos y ratones, especialmente en las regiones africanas donde el mpox fue ampliamente reportado (5,6). Sin embargo, la epidemia actual está impulsada principalmente por la transmisión de humano a humano a través de gotas respiratorias, objetos contaminados y contacto directo con las lesiones de una persona infectada. Análisis recientes han encontrado altas cargas virales en fluidos corporales como orina, saliva, semen y heces, así como en hisopos tomados de la orofaringe y el recto, lo que sugiere que la transmisión sexual juega un papel importante en la propagación del virus (4,5).

Datos de la CDC

Durante el brote de 2003 en los Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) establecieron criterios de definición de casos para la infección humana por mpox. Sin embargo, estos criterios pueden no ser igualmente efectivos en áreas endémicas (5). La especificidad de los criterios epidemiológicos disminuye a medida que aumenta la exposición potencial de la población a mamíferos o humanos infectados. Además, la especificidad de los criterios clínicos se reduce en regiones con alta prevalencia de enfermedades similares, como la varicela, especialmente en África donde la vacunación rutinaria contra el virus varicela-zoster no es común. Aunque los criterios clínicos y epidemiológicos están en constante revisión y pueden variar según la situación y la ubicación geográfica, la confirmación de la infección por mpox en humanos requiere evidencia de laboratorio (5,6).

Dado que la infección por mpox tiene similitudes con la viruela, el “Protocolo de Enfermedad Vesicular o Pustulosa Aguda Generalizada”, creado por los CDC, podría adaptarse para incluir linfadenopatia como un criterio primario adicional para identificar pacientes que necesiten pruebas adicionales. Los CDC recomiendan la recolección de dos muestras, cada una proveniente de múltiples lesiones en diferentes ubicaciones. El algoritmo de pruebas también incluye la detección de Orthopoxvirus no variola, con pruebas de caracterización adicionales en los CDC (5,6).

La confirmación de la infección por mpox se puede realizar mediante aislamiento en cultivo viral o mediante PCR para detectar ADN del virus de mpox en una muestra del paciente. Alternativamente, la presencia de Orthopoxvirus en una muestra del paciente puede ser diagnóstica si no se ha expuesto a otro virus del mismo género, utilizando técnicas como la visualización por microscopía electrónica, la tinción inmunohistoquímica para antígenos de orthopoxvirus, y estudios serológicos para detectar IgM anti-orthopoxvirus (indicativa de exposición reciente) e IgG (indicativa de exposición previa o vacunación) (4,5).

CRITERIOS DE DERIVACIÓN A ATENCIÓN HOSPITALARIA

Criterios de derivación a atención hospitalaria
 

La mayoría de las personas con infección por el virus de la viruela del simio en humano tienen un curso autolimitado y se recuperan, manteniéndose en el ámbito comunitario. No obstante, entre 5-10% requieren un manejo hospitalario (1,5).

 

Pacientes con enfermedad grave:
 

Adultos con enfermedad clínica grave, definida por una puntuación NEWS2 ≥ 5, pueden presentar una serie de síntomas significativos, como neumonía severa, confusión, encefalitis y otras complicaciones graves. Estas complicaciones pueden incluir infecciones cutáneas bacterianas secundarias graves o difíciles de controlar, sepsis, proctitis, encefalitis, miocarditis, así como infecciones oculares o periorbitarias (1,6).

 

 

Las lesiones muy diseminadas, numerosas (≥100 lesiones) o necróticas en la infección por el virus de la viruela del simio (mpox) indican una forma severa de la enfermedad. Las lesiones diseminadas se extienden por grandes áreas del cuerpo, mientras que un conteo de al menos 100 lesiones sugiere una alta carga viral y una infección extensa. Las lesiones necróticas presentan tejido muerto, a menudo en forma de úlceras o áreas de piel dañada, y reflejan una respuesta inflamatoria intensa. La combinación de estas características señala una infección grave que puede conllevar complicaciones significativas y requiere atención médica especializada para su manejo adecuado (1,5).

 

 

La sospecha de infección corneal en el contexto de mpox (virus de la viruela del simio) se refiere a la posibilidad de que el virus haya afectado la superficie del ojo, causando inflamación y daño en la córnea. En mpox, aunque es más común observar lesiones en la piel y mucosas, la infección puede extenderse a áreas menos habituales como los ojos, donde se manifiestan como úlceras o inflamación corneal. Estos síntomas pueden incluir enrojecimiento ocular, dolor, visión borrosa y secreción ocular (1,5).

 

La presencia de una infección corneal sugiere una complicación grave y puede requerir un tratamiento específico para prevenir daños permanentes en la visión y manejar la infección viral de manera efectiva. La evaluación por un oftalmólogo y un manejo adecuado son cruciales para abordar esta complicación y minimizar el riesgo de secuelas visuales (1,6).

 

 

Dolor intenso y refractario por lesiones cutáneas.

 

 

Lesiones en zonas anatómicas con especial riesgo de cicatrización, estenosis u obstrucción que pueden afectar la orofaringe (causan disfagia o incapacidad para tragar o respirar); prepucio del pene, vulva, vagina, uretra o zona anorrectal (potencial de provocar estreñimiento o retención urinaria) (1,5).

 

Personas infectadas que suponen un riesgo para los contactos:
 

En el contexto de una infección contagiosa, los sujetos que conviven en un hogar con personas de riesgo (como inmunocomprometidos, niños y embarazadas) y que no pueden reubicarse mientras el infectado se aísla, enfrentan un desafío significativo. La proximidad continua a personas vulnerables aumenta el riesgo de transmisión de la infección, ya que estas poblaciones tienen una mayor susceptibilidad a complicaciones graves. La situación se complica si no se puede reubicar a estas personas de riesgo, ya que el aislamiento del infectado puede no ser completamente efectivo en prevenir la exposición de los convivientes a la infección (1,5). En tales casos, es fundamental implementar estrictas medidas de prevención y control de infecciones, como el uso de equipo de protección personal, la higiene rigurosa y la ventilación adecuada del hogar, para proteger a los individuos más vulnerables y minimizar el riesgo de brotes adicionales (5,6).

 

 

Aquellos que es muy poco probable que puedan aislarse por sí mismos (1,5).

 

Autoría propia de los autores.

PRESENTACIÓN DE CASOS CLÍNICOS

Caso No.1: Leve estado clínico.

Paciente masculino de 30 años, previamente sano y con ocupación como comerciante de automóviles, ingresó al servicio de urgencias con fiebre baja, malestar general y linfadenopatia durante los últimos 3 días. Dos días después del inicio de los síntomas, comenzó a notar erupciones en la piel. En el TRIAGE, el examen físico reveló fiebre de 38°C y erupciones cutáneas características de máculas y pápulas que evolucionaban a vesículas en el tronco y las extremidades, con lesiones limitadas a estas áreas. Además, se observó linfadenopatia en la región inguinal. El paciente fue evaluado por un médico urgenciólogo y un médico familiar en la ciudad de Cali, quienes consideraron la posibilidad de infección por el virus de la viruela del simio. Se procedió a realizar aislamiento del paciente y se tomaron muestras de fluidos corporales, incluyendo hisopos de las lesiones cutáneas, muestras de sangre y exudados. El caso fue notificado al servicio de atención nacional para su seguimiento. El diagnóstico se confirmó 5 días después de enviar las muestras a un centro especializado en Bogotá. La PCR en tiempo real, utilizada para la detección del virus de la viruela del simio (Monkeypox), resultó positiva al detectar la amplificación del ADN/ARN viral en al menos uno de los genes objetivo específicos del virus, conforme a los umbrales establecidos. El manejo del paciente se centró en el tratamiento sintomático con antipiréticos y cuidados locales para las lesiones. El paciente, clasificado con un estado clínico leve, fue sometido a seguimiento ambulatorio con medicina familiar y se recuperó completamente en un plazo de 2 a 3 semanas sin presentar complicaciones adicionales.

Caso No.2: Severo estado clínico.

Paciente femenina de 45 años con antecedentes de diabetes tipo 2 y obesidad, ingresó al servicio de urgencias con fiebre alta (39.5°C), escalofríos intensos y fatiga general. Al cuarto día de evolución, desarrolló lesiones extensas, que incluyeron pápulas, vesículas y úlceras, tanto en la piel como en la cavidad oral y genital. Presentó linfadenopatia generalizada, afectando los ganglios del cuello, axilas e inguinales. Durante su estancia hospitalaria, la paciente presentó complicaciones, manifestando características radiológicas compatibles con neumonía viral secundaria y deshidratación severa, atribuible a dificultades para tragar y fiebre alta. El diagnóstico de infección por el virus de la viruela del simio fue confirmado tres días después de enviar las muestras a un centro especializado en Bogotá, mediante PCR en muestras de lesiones cutáneas e hisopados orales. El tratamiento hospitalario incluyó manejo de la fiebre alta, hidratación intravenosa y administración del antiviral tecovirimat (TPOXX). Las úlceras orales y genitales fueron tratadas con cuidados locales y analgésicos. Se realizó una monitorización continúa debido al riesgo de deterioro de la función respiratoria, dado que la paciente presentó disnea y desaturación, con niveles de saturación por debajo del 88%. La neumonía se trató con antibióticos de amplio espectro. El pronóstico de la paciente requirió varias semanas de recuperación y rehabilitación. Durante este periodo, recibió atención del equipo de cuidados intensivos para prevenir posibles complicaciones sistémicas.

DISCUSIÓN

Actualmente, no hay tratamientos específicos comprobados para la infección por mpox, y el manejo se centra en el apoyo sintomático (1-4). Las medidas preventivas clave incluyen el aislamiento del paciente, el uso de mascarilla quirúrgica y la cobertura de las lesiones hasta que sanen completamente (5,6).  En casos graves, se pueden considerar tratamientos investigaciones como el tecovirimat y el brincidofovir, aunque su eficacia contra el mpox aún es incierta. La vacunación post exposición con la vacuna modificada Ankara puede ser recomendada para contactos de alto riesgo, especialmente si hubo contacto con fluidos corporales o lesiones de un paciente infectado (1-4).  Esta vacuna tiene un perfil de seguridad superior al de las vacunas de viruela tradicionales y no conlleva riesgo de propagación local. La eficacia de la vacunación preventiva en comunidades endémicas aún necesita más investigación, considerando las limitaciones en acceso a atención médica y capacidad de pruebas (1,5).

DISCUSSION

Currently, there are no proven specific treatments for monkeypox infection, and management focuses on symptomatic support (1-4). Key preventive measures include isolating the patient, using surgical masks, and covering lesions until they are fully healed (5,6). In severe cases, investigational treatments such as tecovirimat and brincidofovir may be considered, although their efficacy against monkeypox remains uncertain. Post-exposure vaccination with the modified Ankara vaccine may be recommended for high-risk contacts, especially if there has been exposure to body fluids or lesions from an infected patient (1-4). This vaccine has a superior safety profile compared to traditional smallpox vaccines and does not pose a risk of local spread. The effectiveness of preventive vaccination in endemic communities still requires further research, considering limitations in access to healthcare and testing capacity (1,5).

CONCLUSIÓN

El caso clínico No.1 presenta una infección leve por el virus de la viruela del simio en un paciente masculino de 30 años, con síntomas iniciales de fiebre y erupciones cutáneas que evolucionaron a vesículas. El diagnóstico se confirmó con PCR, y el manejo se centró en tratamiento sintomático y cuidados locales, con una recuperación completa en 2 a 3 semanas. En contraste, el caso No.2 describe una infección severa en una mujer de 45 años con fiebre alta, erupciones extensas y complicaciones graves como neumonía viral y deshidratación, requiriendo tratamiento hospitalario intensivo y varias semanas de recuperación. Estos casos ilustran la variabilidad en la presentación clínica del mpox y subrayan la importancia de un diagnóstico temprano y manejo adecuado según la severidad de la infección.

CONCLUSION

Case No. 1 presents a mild monkeypox infection in a 30-year-old male, with initial symptoms of fever and skin eruptions that progressed to vesicles. Diagnosis was confirmed by PCR, and management focused on symptomatic treatment and local care, resulting in complete recovery within 2 to 3 weeks. In contrast, Case No. 2 describes a severe infection in a 45-year-old woman with high fever, extensive rashes, and serious complications such as viral pneumonia and dehydration, requiring intensive hospital treatment and several weeks of recovery. These cases illustrate the variability in the clinical presentation of monkeypox and highlight the importance of early diagnosis and appropriate management based on the severity of the infection.

PUBLICACIÓN

El presente artículo no ha sido presentado como comunicación oral-escrita en ningún congreso.

DECLARACIÓN ÉTICA

Según la ley colombiana, los informes de casos no necesitan ser aprobados por el Comité de Ética; sin embargo, el trabajo cumple con los lineamientos éticos de la declaración de Helsinki y el convenio de Oviedo.

DECLARACIÓN DE TRANSPARENCIA

Los autores aseguran que el manuscrito es un artículo honesto, adecuado y transparente; que ha sido enviado a la revista científica SANUM, que no ha excluido aspectos importantes del estudio y que las discrepancias del análisis se han argumentado, siendo registradas cuando éstas han sido relevantes.

CONSENTIMIENTO

Los autores confirman que se ha obtenido del paciente el consentimiento por escrito para el envío y la publicación del texto asociado al informe de caso de acuerdo con la guía COPE.

FINANCIACIÓN

No se obtuvo financiamiento.

CONFLICTO DE INTERESES

Ninguno declarado.

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen a (Pontificia Universidad Javeriana de Cali- Colombia y Fundación Hospital San pedro, Unidad de cuidado intensivo, San Juan de Pasto, Colombia), por su ayuda en el seguimiento y apoyo a la atención de los pacientes.

 

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